miércoles, 22 de abril de 2009

Terminos

UCAB
Educación, mención Filosofía
Seminario Síntesis Filosófica
RODRÍGUEZ Julián
MEZA Moisés
Los Teques, 22/04/2009

TITULO DE LA TESIS: Desde la intuición del ser por parte de Parménides, pasando por las elaboraciones posteriores más sofisticadas, cómo defenderíamos hoy la existencia real –no mental o desde la conciencia – de realidades inteligibles a posturas científicas o materialistas.


1. Definición de conceptos

  • Metafísica: (del griego : metá ta physikà, más allá de los libros de física) En su origen, título dado por Andrónico de Rodas (hacia el año 50 a.C.), el editor del corpus aristotelicum, a un conjunto de libros de Aristóteles cuyo tema le pareció análogo al de los libros de física. Históricamente, pues, la metafísica es el tema de que tratan los libros de Aristóteles puestos por Andrónico después de los físicos. La tradición ha interpretado el hecho de ir después «metá» de la física, en el sentido de un saber que va más allá de la física, o del conocimiento de la naturaleza, en busca de principios y conceptos que puedan explicar el mundo físico. El contenido fundamental de estos libros el mismo Aristóteles lo caracteriza de dos maneras: como «filosofía primera» y como «ciencia del ente».
    Como «filosofía primera», es la ciencia teórica que trata de las sustancias inmutables; como «ciencia del ente», su objeto es el ser, el concepto más fundamental y general que puede pensar el entendimiento humano. Éste es el sentido de metafísica que la identifica con la ontología.
    La filosofía escolástica -sobre todo el tomismo- aceptó ambos sentidos, pero en especial el segundo de ellos, sobre el que construyó la cristianización del pensamiento de Aristóteles, fundamento de la justificación racional de la teología.
    Según Platón las cosas participan de la verdadera realidad de las ideas por la mediación del demiurgo que las hace copias e imágenes semejantes a las ideas. Las ideas, a su vez, participan de la idea de Bien o de Uno, porque la totalidad de las ideas se explica por la composición o mezcla entre el principio originario del Uno y el principio de la Díada.
    La metafísica aristotélico-tomista puede denominarse «la metafísica de la participación», porque se funda en el concepto de participación para hallar una explicación última de la realidad recurriendo a principios que están más allá del mundo de la experiencia.
    Kant plantea por vez primera la cuestión de que la metafísica parece ser una empresa a la vez necesaria e imposible para la razón, y se decide a someter a examen los límites y las posibilidades de la misma en la Crítica de la razón pura (1781,1787). Para Kant los objetos tradicionales de la metafísica, Dios, mundo y yo son, desde el punto de vista del conocimiento, sólo ideas reguladoras del pensamiento, metas inalcanzables que, no obstante, sugieren síntesis y fomentan la capacidad reflexiva; desde el punto de vista de la práctica, supuestos del orden moral, postulados de la razón práctica.
  • Ser: (del latín esse, ser, existir) «Lo que hay, o existe», el concepto más genérico de cuantos es posible tener y el más fundamental en la historia del pensamiento occidental, de Parménides a Heidegger. Indefinible, por su generalidad, va adquiriendo a través de la historia diversas maneras de ser comprendido.
    Parménides lo identifica con toda la realidad, que describe como una, continua e inmóvil, y lo opone simplemente a la nada, o a lo que no es.
    Para Platón es la «verdadera realidad» de la idea, pero también una más entre un conjunto de ideas fundamentales (la de existencia, junto con el movimiento, la quietud, la igualdad y la diferencia; Sofista).
    Aristóteles, lo constituye en objeto de estudio de la metafísica, ciencia «que estudia lo que es. identifica al ser con la sustancia, o entidad, que es su sentido fundamental y la primera de las categorías; cada una de las sustancias es sujeto o sustrato y es aquello que algo es propiamente, esto es, la esencia (tò tí ên eînai); las sustancias, además, están compuestas de materia y forma, pero la sustancia propiamente es acto y forma. Una de las sustancias o entidades -el primer motor- es acto puro, carece de materia y de movimiento, pero mueve, como mueve el Bien a quien lo desea, todo el universo. La tradición cristiana y escolástica desarrollará estas nociones aristotélicas abriéndolas a la idea de creación, y el ser se convierte en «acto de ser» o «acto de la esencia»; ser es existir por otro o existir por plenitud de la propia naturaleza: en el primer caso hablamos de los entes creados, que tienen ser por participación, y en el segundo, del ser subsistente, Dios creador.
    Con la época moderna, el interés filosófico se desplaza del ser al sujeto y al objeto del conocimiento y a la noción de sustancia. Tanto el racionalismo como el empirismo se preocupan por saber qué son las cosas (qué tipo de sustancia son, y cuáles son sus cualidades primarias y secundarias) y cómo es posible conocerlas (a través de la razón o a través de la experiencia, a priori, a posteriori).


  • Materialismo: En un sentido usual, pero escasamente filosófico, es el deseo inmoderado de poseer riquezas y bienes materiales; y materialista es la persona que, carente de ideales superiores, se entrega al disfrute de este tipo de bienes. En sentido más específico y filosófico, conjunto de teorías que, a lo largo de la historia del pensamiento, han afirmado, como principio fundamental, que en el mundo «sólo existe materia» o que «todo es materia o es reducible a la materia». Puesto que el concepto de materia ha ido variando a lo largo del tiempo y tampoco resulta muy claramente definible, han existido y existen diversas clases de materialismo filosófico

    Aunque en la filosofía griega antigua hay diversas manifestaciones de esta tendencia filosófica, el materialismo clásico antiguo lo personifica el atomismo antiguo de Leucipo y Demócrito, cuya afirmación fundamental es que sólo existen los átomos y el vacío, de modo que toda la naturaleza y los cambios que en ella ocurren pueden explicarse por los choques que se producen azarosamente entre estas unidades mínimas de materia indivisible dotadas de movimiento eterno.Esta afirmación de materia y movimiento eternos se convirtió en el paradigma de todo materialismo posterior.
    En el siglo XVII, en plena filosofía moderna, Thomas Hobbes repite la afirmación básica del atomismo antiguo: todo en el universo son cuerpos en movimiento y lo que no es cuerpo no forma parte del universo. Este iniciador del empirismo inglés, a quien también se denomina fundador del empirismo metafísico moderno, aplica asimismo los principios del materialismo a las explicaciones psicológicas, a los problemas que plantea el lenguaje y a las relaciones sociales. Pero el campo de aplicación de la actitud materialista logra su mayor amplitud con los ilustrados franceses del s. XVIII: el materialismo de la Ilustración, de autores como La Mettrie, Voltaire, Diderot, d´Alembert y Holbach, se constituye como el substrato desacralizado y naturalista de ideas que van a configurar buena parte de la visión laica del mundo propia del hombre occidental. Los descubrimientos científicos del s. XIX, como la producción de sustancias orgánicas en el laboratorio (que se inicia con la síntesis de urea en 1828), el desarrollo de la nueva teoría atómica, las nuevas teorías físicas basadas en la concepción de la materia y la fuerza como realidades últimas, el principio de la conservación de la materia y de la energía en todos los cambios, el progreso de la fisiología y, sobre todo, la teoría de la evolución de Darwin, no sólo reafirmaron las convicciones materialistas y naturalistas de la ilustración francesa, sino que les dieron una base científica que parecía eliminar las fronteras entre lo físico-químico y lo bioquímico, entre la vida y la materia inerte y entre el hombre y el animal.

  • Existencia: (del latín existere o exsistere, salir de, elevarse de, mostrarse, que no es el sentido en que se utiliza en filosofía) El otro elemento conceptual con que, además de la esencia se determina a todo ente; significa que algo es, en oposición a la esencia, que significa aquello que una cosa es. Se opone igualmente a la posibilidad, propia de la esencia, e indica «actualidad», presencia de algo en la realidad.
    La filosofía escolástica caracteriza con ese término al ser que recibe su ser de otro y al que define como aquel que tiene existencia, pero que no es la existencia. No es existencia aquel ser en el que la existencia es distinta de la esencia: se añade a la esencia de un ser finito para que éste exista. Según Tomás de Aquino, todo ente es una esencia actualizada por el ser . No toda la Escolástica ve la existencia con la misma perspectiva; no es extraña entre los escolásticos, por ejemplo, en el escotismo, la afirmación de que la existencia es un modo de ser y hasta la de que no forma parte de la misma noción de ser
    Kant hace hincapié en que la existencia no es un predicado de la esencia, y la entiende como la «posición absoluta» de una cosa .
    El existencialismo replantea el sentido del término, sobre todo en relación con el hombre. Tanto Heidegger como Sartre ponen de relieve que sólo a partir de su existencia comprende el hombre su esencia. A la existencia del hombre, a su manera de estar en el mundo, que no es el mero «estar ante los ojos» de una cosa, llama Heidegger Da-Sein, «ser ahí». Sartre llama a la realidad humana -que define como mero existir- subjetividad o también conciencia.

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